sábado

35. Sismo

En un edificio en la colonia X, en la Ciudad de México, un grupo de personas trabajan, es viernes. Ya quieren que se acabe el día laboral y están contando los minutos para salir a tomar una cerveza, para volver a sus casas y tirarse a ver series, o para lo que sea que hace la gente los viernes después del trabajo.

- ¿Está temblando? ¡Está temblando! Salgan todos.
- No está temblando.
- Sí güey, ahí está la alarma.
- Espérame tengo que agarrar mi celular.
- Salgan con calma.

Se escucha un crujido burlón que proviene de los muros, todo se mueve, un bote con lápices cae al piso. Todos salen con calma pretendida. Algunos miran sus celulares y envían mensajes a sus familias, otros twittean, otros más sólo quieren estar afuera, lejos de las paredes y los techos y de todas las cosas que se pueden derrumbar sobre sus cabezas. No han pasado más que seis meses desde el terremoto de 8.6 grados que sacudió a la ciudad, que derrumbó edificios y enalteció voluntades, que unió a la nación y probó que las mentes de los ciudadanos no están apagadas y que cosas buenas pasan cuando se unen de verdad, pensando en el bienestar común.

- No mames, ya pasó como un minuto y no para.
- ¡Por Dios que ya se acabe!
- Mi mamá no contesta.
- Ojalá mis gatos estén bien.
- Tranquilos todos, ya está pasando.

La ciudad sigue crujiendo, haciendo sonidos similares a los de un viejo tronándose los huesos. Hay silencio, pero también mucho ruido. En la calle se ve cómo se mueven los árboles y los postes de luz y todas las pinches construcciones alrededor. ¿A quién carajos se le ocurrió construir una ciudad en este enervado valle? Los corazones se aceleran, se sincronizan los latidos, algunos rezan en silencio, otros cierran los ojos con la esperanza de que cuando los abran todo vuelva a la normalidad, muchos más miran sus celulares, unos cuantos toman videos y fotos que después servirán para algo...O para nada. Una voz incomprensible sale de bocinas lejanas.

- ¿Qué está diciendo?
- No tengo idea
- Dice que ya nos vamos a morir todos.
- No, dice que ya pasó, que todo está bien.
- Suena como la maestra de Charly Brown...

Se sueltan algunas risas aún nerviosas, están también los que no pueden contener las lágrimas de alivio. Poco a poco la gente vuelve a sus labores, pero ya no van a hacer nada relacionado con el trabajo. La vida es muy valiosa para ponerse a trabajar, mejor abrazarse, contar chistes, reírse de los tweets graciosos y los memes que mandan los amigos y las tías en los grupos de WhatsApp, así sabemos que no todo fue tan serio, cuándo hay cosas de que reírse (porque cuando las cosas son enserio los mexicanos también sabemos ser solemnes).

- Me voy a ir a vivir a un lugar donde no tiemble.
- El tráfico va a estar insoportable.
- Al menos ésta vez no me agarró en chones.
- Y la alarma sísmica medio funcionó.
- Mi App no me avisó. ¿Alguien sabe de una que sirva?
- Pinche Mancera, nunca dice nada. ¡Pinche Mancera!
- A ver si esto les recuerda a todos esos pinches políticos de mierda que tienen mucho trabajo de reconstrucción y labores más importantes que hacer que andar con sus estúpidas campañas y haciendo promesas que ya nadie se traga.

Colorín colorado, este sismo se ha acabado, aunque aún quedan las réplicas y en Pinotepa , Oaxaca sí hubieron daños y en la Ciudad aún falta tanto por recosntruir...

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