sábado

22. Ritmo y fantasía

Una melodía me rescata de esta maldita resaca, un Miles Davis o un John Coltrane ¿Qué se yo de jazz?, pero me rescata. (I am suddenly back. It's 1957. What a year! There is a big party, very classy, very glam... Y vaya que me veo bien, mi larga cabellera dorada cae sobre mis hombros, mis labios llenos y seductores brillan de color rubí, (no recomendable para chicas bien portadas). En mis pies exhibo con gracia los altísimos tacones de vinil que son más rojos que mis labios, (en general odio los tacones, pero me veo tan bien que no me importaría caerme). El vestido se pega descaradamente a las curvas intrigantes de mi cuerpo, es blanco con lentejuelas y va muy bien con mis irremediables ojos azules. Me levanto con descaro y camino al centro de la pista, me gusta bailar pero me gusta más brincar y seducir, la gente de esta época no entiende mis movimientos, me observan desconcertados, tal vez un poco asqueados. "What the hell are those movements woman?", alguien grita. "Es salsa" replica Thelonius Monk, quien por cierto no estoy segura de donde salió y habla perfecto español. El hombre tiene razón y lo invito a seguirme el ritmo (no le cuesta trabajo, después de todo él lleva la música en las venas). Después corre al piano y toca una canción muy familiar, "Cuando el amor llega de esa manera uno no se da ni cuenta" (canta además), yo le bailo con cadencia latina, la gente se contagia y aprenden rápido los movimientos, soy feliz y Monk es feliz también. Quisiera quedarme más  tiempo pero lamentablemente esto ha sido sólo una fantasía y ya es hora de volver a la realidad, antes de irme les dejo mis zapatos rojísimos a los presentes, tal vez así ellos podrán fantasear conmigo, aunque en esa fantasía no sea yo esa que se parece tanto a mi.

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